Cuando el juego se convierte en un problema

La ludopatía o juego patológico, fue incluido por primera vez como categoría diagnostica en el DSM III de la Asociación Psiquiátrica Americana en 1980. Desde esa fecha han sido múltiples las teorías y líneas de investigación desarrolladas para explicar su patogénesis.

En la actualidad, el  manual de la Asociación Americana de Psiquiatría, Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5®), 5a Ed. Arlington, VA, Asociación Americana de Psiquiatría, 2014, incluye al juego patológico en la categoría de trastorno no relacionado con sustancias, estableciendo unos criterios diagnósticos y unas características diagnosticas como el deterioro sustancial relacionado con la conducta del juego, la aparición de un comportamiento disfuncional recurrente y persistente del juego que interrumpe las actividades personales, familiares y/u ocupacionales, u otras.

Asociadas a estas también pueden aparecer distorsiones en el pensamiento (negación, superstición, exceso de confianza, control sobre probabilidad etc.) cuando este juego se vuelve patológico, además de exceso de impulsividad, competitividad o por el contrario depresión, soledad, impotencia, culpabilidad, así como aparición de la ideación suicida o intento de suicido.

La prevalencia del juego patológico a nivel mundial se establece que afecta entre el 0.4% y el 1.5% de la población, si bien en nuestro país, la Dirección General de Ordenación del Juego ha hecho público el Estudio sobre la prevalencia, comportamiento y características de los usuarios de juegos de azar en España en pasado año 2015, estableciendo como los juegos de azar forman parte de la vida cotidiana de las personas. Hoy en día prácticamente la totalidad de la población reconoce haber participado en juegos de azar al menos en alguna ocasión, concretamente tres de cada cuatro personas afirma haber jugado a este tipo de juegos de manera presencial,  si bien una de cada cuatro personas afirma no haber participado en juegos de azar y que el 70% de las personas jugadoras no presentan riesgo, un 6,3% ha mostrado cierto riesgo, problemas o patologías relacionadas con los juegos de azar a lo largo de su vida, cifra que se reduce hasta el 4% en el último año.

En el mismo estudio se  presenta como  las características asociadas a la evolución del juego en riesgo hasta el juego patológico siguen un patrón determinado y claro:

  • La persona jugadora en riesgo se caracteriza por una mayor tendencia a mostrar preocupación, conductas de escape y conductas de recuperación compulsiva.
  • En la persona jugadora con problema se hacen más frecuentes esas conductas y, aunque de manera no mayoritaria, se incorporan otras como arruinar las relaciones personales o la falta de tolerancia y aparece el síndrome de abstinencia en uno de cada cuatro casos. También surgen las mentiras en el 22% de los casos.
  • Prácticamente todas las personas jugadoras patológicas muestran conductas de preocupación, escape y recuperación. Además, mayoritariamente incorporan el resto de conductas señaladas e incluso en uno de cada cuatro casos reconocen cometer actos ilegales asociados a la compulsión de jugar. En cuanto al entorno social, se aprecia un incremento paulatino en el porcentaje de personas solteras, divorciadas o separadas a medida que se eleva el nivel de problemática con el juego.

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La forma presencial de participar en juegos de azar es la modalidad más empleada, aunque es cierto que se ha producido un repunte en los juegos de azar online. Estas y otras conclusiones pueden consultarse en el estudio adjunto al final del texto.

A continuación dejamos también un artículo muy interesante publicado en la revista Clínica y Salud 27 (2016) 15-22, con el título “La percepción del apoyo social en jugadores patológicos y su relación con el éxito del tratamiento” bajo la dirección de Rosa Montesinos, Daniel Lloret, José Vicente Segura y Alfredo Aracil, en el que se trata de determinar la relación entre el apoyo social, la adherencia terapéutica y el cese del juego y donde los resultados aunque no significativos parecen mostrar una tendencia a que el apoyo social se relaciona con una adherencia en el tratamiento, además de otros que indican de igual forma una relación entre el apoyo social y el éxito terapéutico.

Enlaces:
Estudio sobre prevalencia, comportamiento Juegos de Azar
La percepción del apoyo social en jugadores patológicos

 

 

 

 

 

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