Artículo elaborado por la Psicóloga especializada en psicología clínica infanto juvenil Úrsula Perona
Entre los cinco y los ocho años aparecen muchos miedos en los niños. Empiezan a ser más conscientes de algunos temas de los que antes no lo eran (peligros, la muerte, etc) y eso unido a la explosión de la imaginación que se produce a esas edades, a veces hace que tengan pesadillas a menudo.
Éstas interfieren negativamente en el sueño del niño, y producen a menudo despertares, llamadas a los papás, o que el niño se niegue a dormir solo. Muchos peques que ya dormían en su cuarto parece que “retroceden” a etapas anteriores y demandan dormir con los papás de nuevo. Pueden mostrarse temerosos también durante el día. A veces les da miedo ir solitos al aseo, cruzar el pasillo, la oscuridad y en general estar solos.
Como decíamos, la gran mayoría de las veces se trata de miedos evolutivos, que forman parte del desarrollo normal del niño y que desaparecen por sí solos. Si se prolongan mucho en el tiempo e interfieren significativamente en la vida del niño, podemos consultar a un psicólogo por si se trata de una fobia a la oscuridad o ansiedad por separación.
Pero en principio, simplemente debemos dar apoyo y ayudar al niño a superar poco a poco estos miedos.
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«La verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimientos, sino el hecho de negarse a adquirirlos»
Karl Popper