Moncrieff, Joanna. (2018). El litio y otros fármacos para el trastorno maníaco-depresivo y bipolar. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 38(133), 283-299.
El trastorno maníaco depresivo tal como se entendió en el pasado es una condición muy infrecuente. Sin embargo, la evolución del concepto ha dado lugar al constructo bipolar, que incluye diversas condiciones, de límites difusos, que se pueden encontrar frecuentemente, por lo que los trastornos del llamado “espectro bipolar” tienen actualmente una alta incidencia en la clínica de adultos. Los fármacos a los que se atribuyen propiedades para disminuir las alteraciones afectivas del trastorno bipolar se han denominado “estabilizadores” o “reguladores del estado de ánimo”, aunque no hay pruebas de estas supuestas propiedades “estabilizadoras” de las fluctuaciones afectivas.
Es abundante la documentación y son múltiples los foros y webs que abordan el Trastorno Bipolar (en adelante TB), tanto desde la óptica del principal protagonista, esto es la persona afectada, como desde la del cuidador o familiar cuyo papel a desarrollar en el día a día ha de ser muy tenido en cuenta, por su especial relevancia a la hora de enfrentarse a este tipo de trastorno.
La posibilidad de aparición de una psicopatología en hijos cuyos padres presenten un trastorno psiquiátrico, parece ser elevada a tenor de los resultados que muestran diversos estudios y por tanto, este será un hecho de especial relevancia a tener en cuenta.
El artículo que presentamos a continuación de Licona Martínez Alfredo, Palacios Cruz Lino, Feria Aranda Miriam, Zalaveta Ramírez Patricia, Vargas Soberanis Alejandro, Becerra Palars Claudia y de la Peña Olvera Francisco. «Asociación de comorbilidades y funcionamiento global en hijos de padres con trastorno bipolar». Salud Mental. Enero 2014, vol.37, nº 1, p. 9-14,aborda esta cuestion, esto es, la de la presencia de un mayor riesgo de padecer distintos trastornos psiquiátricos por parte de aquellos hjos de padres diagnosticados con TB.
Para ello se partió de una muestra representativa de 61 sujetos de los que un 62.3% fueron mujeres, un 37.7% hombres, cuyos criterios de inclusión fueron: niños y adolescentes de entre 6 y 17 años de edad, hijos biológicos de padre o madre con TB que fueran pacientes de la consulta externa de la Clínica de Trastornos Afectivos (CTA) del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (INPRFM).
Las conclusiones del presente estudio, parecen mostrar como los hijos de pacientes con TB, constituyen un grupo de alto riesgo para el desarrollo tanto de trastornos afectivos como de trastornos de conducta, sin encontrarse asociaciones significativas entre el género masculino y las variables clínicas como el Trastorno por Deficit de Atención con Hiperactivicad (TDAH), el Trastorno Depresivo Mayor (TDM) o el Trastorno Negativista Desafiante (TND) .
Las edades de inicio para los trastornos externalizados TDAH y TND, se ubican en la infancia mientras para los trastornos internalizados TDM, Trastorno Ansiedad Generalizada (TAG) y la Fobia Específica se halla en la adolescencia.
Otro hallazgo registrado y contrario a las espectativas de los autores, fue una mayor presentacion de psicopatología en pacientes de género femenino, reportado por primera vez en muestras de hijos de pacientes con TB aunque tal y como señalan los autores este dato habrá de tomarse con precaucion a tenor de las caracteristicas de la muestra utilizada.
Para finalizar, los autores destacan como habrá de tenerse en cuenta por estar aún vigente en la actualidad, lo sabido respecto a los niveles más elevados de psicopatología mostrados en hijos de padres diagnosticados con TB, asi como que su presentación suele ser a edades más tempranas que el resto de la población por lo que resultaría prioritario realizar un seguimiento con la finalidad de identificar oportunamente trastornos psiquiátricos que puedan ser prevenidos así como limitar su efecto en el funcionamiento global del niño o adolescente.
De igual forma y relacionado con el tema expuesto, os dejamos tambien con un interesante artículo de Frías Alvaro, Palma Carol, Farriols Nuria y Salvador Ana. «Caracterización de los descendientes de padres con trastorno bipolar. Una revisión de la literatura». Actas Españolas de Psiquiatría 2015 44(6):221-34, donde se trata de delimitar exhaustivamente las principales características clínicas de los descendientes de padres con TB como grupo de alto riesgo, incluyendo su psicopatología, funcionamiento interpersonal, características temperamentales y de personalidad, los déficits neurocognitivos y las disfunciones neurobiológicas.
Los resultados entre otros parecen mostrar una mayor tasa de problemas clínicos en los descendientes de padres con TB (O-BP) en comparación con descendientes de padres sanos (O-HC). En relación a la psicopatología dimensional los O-BP, muestran más quejas somáticas, alteraciones del sueño, ánimo ansioso/depresivo y distractibilidad en la infancia (vs adolescencia), mientras que otras alteraciones psicopatológicas aparecen principalmente en la adolescencia (p.ej., irritabilidad, labilidad emocional, trastornos de pensamiento)
Los inesperados cambios entre los episodios depresivos y maniacos que sufren las personas aquejadas por un trastorno bipolar, son rasgos que de alguna manera y hasta que no es diagnosticada la enfermedad, llaman poderosamente la atención de familiares, amigos o personas del entorno.
Una vez diagnosticado, será la difícil tarea de cuidar a quienes padecen este trastorno, una decisión un tanto complicada en relación a la situación personal del enfermo, a la hora de establecer por ejemplo unas pautas para la administración de medicación.
Por tanto esta tarea, la de cuidador, contraerá desde el primer momento una gran responsabilidad y a su vez unas consecuencias “un tanto perjudícales” derivadas de la a priori difícil relación cuidador/paciente.
En los últimos años, son muchos los estudios que han puesto atención en la sobrecarga obtenida en los cuidadores de pacientes diagnosticados de trastorno bipolar y según parecen demostrar a raíz de los resultados obtenidos, el aumento de ansiedad en este tipo de personas parece ir relacionada con la actitud mostrada en el cuidado y convivencia con personas afectadas por este tipo de trastorno.
En el artículo que os dejamos a continuación publicado en la revista Anales de psicología, 2013, vol. 29, nº 2 (mayo), 624-632, ISSN edición impresa: 0212-9728, con el título “La sobrecarga del cuidador en el trastorno bipolar” y bajo la dirección de Luis Gutiérrez-Rojas, José M. Martínez-Ortega, Francisco D. Rodríguez-Martín, se pretende conocer el nivel de sobrecarga, las variables clínicas asociadas a un nivel mayor o menor de sobrecarga, los estilos de afrontamiento más eficaces por parte de los cuidadores, los impactos sufridos por el cuidador, así como lo programas psicoeducativos más eficaces a la hora de tratar a estos cuidadores.
Es de resaltar, como a pesar de estas consecuencias negativas para las personas encargadas de cuidar a un paciente afectado de TB, algunos autores han encontrado que esta tarea reporta consecuencias positivas para la vida de las personas que sustentan el rol de cuidador al generarles sentimientos de gratificación, amor, orgullo y compasión, inclusive como el 78 % de los cónyuges afirman la intención de continuar cuidando al paciente a pesar de las dificultades.
La conclusión final del estudio parece mostrar como el nivel de sobrecarga obtenido en el cuidador principal de un paciente de TB, impacta negativamente sobre su salud, su trabajo y su economía, por lo que la aplicación de diferentes estrategias centradas en la psicoeducacion de estos pueden ayudar a reducir este nivel de sobrecarga.
Igualmente os dejamos tambien con unas guías elaboradas por distintos organismos que pueden servir de gran ayuda, así como podeis visitar laweb del gobierno de Aragón donde se puede consultar una guía de buenas prácticas en el trastorno bipolar
Aprender a prestar atención y reconocer cuando se está empezando a hundir nuestro estado de ánimo es uno de los objetivos de la Terapia Cognitiva basada en la atención plena o Mildfulness. Desarrollar la cualidad de La Atención Plena (Mindfulness) es aprender a darnos cuenta, cómo nuestro cerebro puede distraernos en todo tipo de historias por causa de los pensamientos y las fantasías. Practicando, aprendemos a estar en el presente sin juzgar, al mismo tiempo desarrollamos una calma mental cada vez más estable. Sin entrenamiento la mente suele vagar, lo cual es su naturaleza.
Terapia Cognitiva basada en La Atención Plena (Mindfulness)
El método de la terapia cognitiva basada en La Atención PlenaMindfulness ayuda a ver con mayor claridad las tendencias mentales y a aprender a reconocer cuándo está empezando a hundirse nuestro estado de ánimo. Ayuda a deshacer el circulo vicioso entre el estado de ánimo negativo y el pensamiento negativo. Se aprende a desarrollar la capacidad para permitir que los estados de ánimo, los pensamientos y las sensaciones angustiosas vengan y se vayan, sin tener que luchar con ellos. Esta tipo de terapia se encuentra directamente relacionada con mejorías de las personas afectadas por el Trastorno Bipolar.
¿Pero que es el trastorno bipolar? El TB antes denominado trastorno maniaco-depresivo, es una enfermendad que produce a quienes la sufren cambios de ánimo inusuales que van más allá de lo que con normalidad, la mayoría de las personas sufrimos. Las personas afectadas se sienten extremadamente felices y mucho más activos que de costumbre (estado de manía) y otras veces se sienten completamente tristes y deprimidos (estado depresivo).
Estas alteraciones comportamentales, afectan de forma directa a quienes tienen una relación con la persona que padece este trastorno, y sus consecuencias pueden ser relativamente graves. El trastorno bipolar, comienza en la adolescencia o en la adultez temprana siendo de carácter crónico.
¿Cuáles son sus causas? La existencia de una causa genética no ha sido aún determinada, si bien los diversos estudios sobre este tipo de trastorno parecen mostrar que un porcentaje elevado 80-90 de las personas afectadas tienen parientes con alguna forma de depresión, aunque también es posible que se pueda heredar la tendencia a desarrollar la enfermedad, siendo entonces el ambiente un factor determinante. Los desequilibrios bioquímicos parecen ser una via de investigación como causa determinante de las alteraciones de ánimo de las personas, a consecuencia de un comportamiento irregular de neurotransmisores o de una anormal producción de hormonas.
Los síntomas manifestados, varían en cuanto a su duración pudiendo ser de una semana o más y pudiendo estar presentes durante la mayor parte del día. Dentro del episodio maniaco podíamos enumerar los siguientes:
Sentirse muy “alegres” o “animados”
Sentirse muy “nerviosos” o “alterados/ansiosos”
Hablar muy rápido de muchas cosas distintas
Estar inquietos, irritados, o “sensibles”
Tener problemas para relajarse o dormir
Creerse capaz de hacer muchas cosas a la vez y estar más activos de lo común
Hacer cosas arriesgadas, como gastar mucho dinero o tener sexo sin cuidado alguno
En cuanto al episodio depresivo sus síntomas pueden ser:
Sentirse muy “deprimidos” o tristes
Sentirse preocupados y vacíos
Tener problemas para concentrarse
Olvidarse mucho las cosas
Perder el interés en actividades divertidas y volverse menos activos
Sentirse cansados o sin energía
Tener dificultad para dormir
Pensar en la muerte o el suicidio
Por su parte los episodios denominados “mixtos”, se caracterizan por incluir los síntomas pertenecientes a los dos tipos mencionados.
¿Qué tratamientos existen en la actualidad para este tipo de trastorno? Aunque por desgracia, en la actualidad este tipo de trastorno no tiene una cura definitiva, los tratamientos aplicados de forma continua y sin interrupciones, ayudan a controlar los síntomas manifestados, evitando la aparición de brotes y controlando los cambios de estado de ánimo.
El artículo que exponemos a continuación publicado en la revista Psicodebate Vol. 14 Nº 2, Diciembre 2014 ISSN: 1515–225 | 83–100 bajo el título “El tratamiento a largo plazo del trastorno bipolar” a cargo de Leonardo Tondo (Department of Psychiatry, Harvard Medical School, International Consortium for Bipolar & Psychotic Disorder Research, Boston, Massachusetts, USA), realiza un recorrido sobre las ventajas y desventajas de los distintos tratamientos disponibles en la actualidad, como los estabilizadores de humor, los antipsicóticos, los antidepresivos y las terapias no farmacológicas.
En cuanto a los tratamientos de este ultimo apartado, esto es los no farmacológicos, basados en terapias cognitivas de atención plena (Mildfulness), os dejamos con otro interesante artículo de López-Soto, R. y Marqués-Reyes, D. (2016). Efectividad del MBCT para el Trastorno Bipolar: Una Revisión Sistemática. Revista de Psicoterapia, 27(103), 231-249, en el que se expone como este tipo de terapia cognitiva que se encuentra asociada a mejoras en la regulación afectiva y el funcionamiento neurocognitivo general, se halla también directamente relacionada con las mejoras sufridas en la reducción de los síntomas de ansiedad, depresión e ideación suicida y mejoramiento del funcionamiento neurocognitivo en las personas afectadas por TB.