Malditas «ratas»

Hace escasos días, tuve la oportunidad de leer un artículo de Pérez Reverte titulado “Esas jóvenes hijas de puta”. Reverte, caracterizado por escribir artículos con cierto contenido “provocador”, llamó mi atención por la dureza de su título, dureza,  que poco a poco se fue diluyendo con el paso de la  lectura, a  la vez que mi sintonía con el autor parecía progresar en proporciones desmesuradas.

El tema tratado, recordado y reflejado con dureza, tuvo lugar en Gijón, ciudad que guarda mis recuerdos de  adolescente y donde la protagonista, una pobre chica,  decidió poner fin a su vida, arrojándose al vacío en un acantilado de esta bonita ciudad, tras ser acosada de manera infame por sus compañeros de clase.

Reverte, a buen seguro no dejara indiferente a nadie con la lectura de  su artículo y menos aún, aquellos que somos padres, que adoramos y deseamos los mejor para nuestros hijos,  pues solo imaginarnos  la crueldad, el infierno sufrido por aquellos jóvenes que han sido víctimas, de esas “ratas” que describe con todo su desprecio, harán retorcernos  de dolor en nuestro interior.

Por desgracia, este no ha sido un caso puntual, por desgracia esta lacra nos pone de manifiesto que el acoso escolar es un problema serio, a tenor de sus consecuencias y por desgracia la solución no parece ser nada fácil.

Bullying-Acoso-Escolar-Infografía-Portada

Sean pues esas “ratas”, esos personajes cercanos a las pobres víctimas, los protagonistas del siguiente artículo de investigación de Clara Cuevas Maria y Marmolejo Medina Maria Alejandra, Observadores: Un rol determinante en el acoso escolar, publicado en la revista Pensamiento Psicológico, Vol 14 Nº 1, 2016, pp 89-102.

En el, se analizan los roles de estos protagonistas secundarios pero imprescindibles en el acoso escolar y su especifica relevancia dentro del fenómeno. Interesante la clasificación que realiza Salmivalli de estos observadores, diferenciándolos entre:

El observador activo,  perteneciente a la red de amigos más cercanos del intimidador o quienes, sin agredir o atacar directamente a la víctima, ofrecen una retroalimentación positiva a quien acosa.

El observador pasivo, quienes tienden a mantenerse alejados, ignorando lo ocurrido y sin tomar partido a favor de las víctimas o de quienes acosan.

El observador proactivo, que cumple un papel de defensor, adoptando comportamientos claramente contrarios a la intimidación, defendiendo a la víctima, tomando partida a su favor y buscando apoyos en profesores o adultos para que se detengan los actos de acoso, logrando atenuar y disminuir el daño emocional causado por el intimidador.

No menos interesantes, son los roles ejercidos por estos observadores, que permiten señalar que una de sus características fundamentales consiste en que inevitablemente son activos con sus acciones, dado que cualquiera de ellas afecta positiva o negativamente el curso del acoso escolar. O como otra característica interesante y paradójica del rol de observadores es que al ser consultados sobre lo que piensan con respecto al fenómeno, en su gran mayoría, reconocen, desaprueban y rechazan el daño causado por los agresores a las víctimas. No obstante, su forma de actuar se encuentra en disonancia con su cognición, siendo esta una de las razones por las cuales se ha perpetuado el fenómeno del acoso.

Sabedores de que el tema aún por delicado y cruel pueda herir ciertas  susceptibilidades, la actualidad nos pone por desgracia ejemplos como este, cada cierto espacio de tiempo y por el contrario a pesar de los esfuerzos por concienciar a los diferentes protagonistas que se encuentran relacionados, la solución al problema no parece estar nada cercana.

Os dejamos a continuación el artículo, para que al menos conozcamos el rol, de otros protagonistas con enorme influencia en un fenómeno como el acoso escolar.

Igualmente ver interesante video comienzo articulo.

Observadores un rol determinante en el acoso escolar

 

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2 comentarios sobre “Malditas «ratas»

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